Descripción
La arcilla es una roca sedimentaria extremadamente fina que se forma por la desintegración gradual de las rocas de silicato de aluminio por pequeñas concentraciones de ácido carbónico y otros solventes diluidos o por actividad hidrotérmica. Los depósitos de arcilla se encuentran más a menudo en grandes lagos y cuencas marinas. Existen varios tipos de arcilla, cada una varía según el suelo del cual se extrajo: blanca, amarilla, roja, verde y gris. La que se usa más generalmente es la arcilla blanca extraída de la cuenca del Mediterráneo y secada a los sayos del sol para consevar todas sus propiedades benéficas.
Historia
Desde la antigüedad, la arcilla blanca se ha considerado como un ingrediente maravilloso, no solo por los beneficios del consumo interno, sino también por el hecho de que deja la piel limpia, brillante e hidratada. A menudo se utiliza para tratar el acné y las imperfecciones de la piel. La arcilla blanca se ha usado durante mucho tiempo en la escultura, como brillo para el papel y para la fabricación de porcelana en la cultura china. Hoy en día, su codiciada textura y absorbencia se han integrado en casi todos los productos cosméticos y de higiene personal, como el maquillaje, los jabones, los exfoliantes, los desodorantes y, por supuesto, las mascarillas faciales.
Propiedades
Con una composición similar a la del cuerpo humano, la arcilla blanca es rica en minerales como hierro, calcio, potasio, zinc, magnesio, silicio y otros minerales necesarios para la regeneración del cuerpo. La textura de la arcilla blanca la hace adecuada para la cosmética y el cuidado del cuerpo, incluyendo el maquillaje mineral, cremas faciales, pastas de dientes, desodorantes, jabones naturales, mascarillas u otros productos para el cuidado del cuerpo. Este tipo de arcilla es muy apreciada debido a las propiedades de limpieza y de limpieza delicada, la absorción de impurezas y exceso de sebo. Lo que hace que la arcilla blanca sea tan especial es que extrae las impurezas, pero al mismo tiempo suaviza y da a la piel una textura suave y sedosa sin destruir su barrera protectora natural. Adecuada para todo tipo de piel, la arcilla blanca exfolia, limpia suavemente la piel, estimula la circulación, tiene un efecto antiséptico, fortalecedor, que mineraliza y regenera los tejidos degradados.